El pasado 31 de diciembre tuve el privilegio de asistir al XVII Brindis de Fin de Año en la emblemática bodega de Tomás Martínez Pagán, un evento que ya es tradición en Cartagena. Este encuentro reúne a destacadas personalidades de la Región de Murcia para despedir el año en un entorno único, cargado de historia y camaradería.
Más de 120 invitados, entre empresarios, políticos, periodistas y representantes de la cultura, compartieron una velada en la que Tomás volvió a demostrar por qué es considerado un gran embajador de Cartagena. Su amor por la ciudad y su capacidad para tejer relaciones lo convierten en una figura clave para proyectar lo mejor de nuestra región.
Tuve además la ocasión de coincidir con grandes amigos de toda la vida y extraordinarias personas que he conocido durante mi trayectoria en política. Entre ellos, fue un honor compartir momentos con Francisco José Franco Fernández, cronista oficial de Cartagena, cuya labor en la divulgación de nuestra historia local es admirable; con Ángela de la Llana, periodista comprometida con la información veraz y de calidad; con Andrés Ros, presidente de Cruz Roja Cartagena, una persona cuya dedicación al servicio humanitario es inspiradora; con Nuria Castillo, ex presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales de Cartagena (AMEP) y actual directora del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena (CEEIC), quien continúa impulsando el emprendimiento y la innovación en nuestra ciudad; con Pedro Rivera, abogado, ex consejero del Gobierno regional y figura clave en la defensa de los intereses de la Región de Murcia; y con José Ramón Carrasco, presidente de ASSIDOASSIDO, cuya labor en la inclusión de personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual es ejemplar.
Este brindis, además de ser un acto social de gran relevancia, fue también una oportunidad para reflexionar sobre cómo las tradiciones locales unen a las personas y fortalecen los lazos entre sectores clave de nuestra sociedad.
Agradezco a Tomás su hospitalidad y su compromiso inquebrantable con Cartagena, una ciudad que tiene en él a uno de sus mejores embajadores.