Una pena no poderme sorprender por la nueva composición del Consejo de Gobierno Regional anunciada por López Miras. Es una estrategia a la que hemos asistido en muchas ocasiones; si no quieres que hablen sobre algo que evidentemente vas a hacer mal, genera tantos titulares que resulte difícil elegir uno.
Eso es lo que, según creo adivinar, gestaron tanto el presidente saliente como el entrante a lo largo de las reuniones mantenidas para constituir un nuevo gobierno. Me explico. Si yo hubiera estado en ese equipo, algo prácticamente imposible, lo primero que habría hecho es relacionar a aquellas personas que deben mantenerse en el gobierno, las que se marchan y las que deben entrar sea como sea.
De ese listado, ya cabría destacar algunos titulares que marcarían el trato informativo de los medios hacia la noticia y, con ello, las decisiones a tomar para minimizar los efectos. Por ejemplo, y sigo especulando, ‘el gobierno de mayoría femenina pasa a ser un gobierno de mayoría masculina’, ‘tres hombres sustituyen a tres mujeres en el ejecutivo’, ‘una nueva cartera a medida para la consejera que defendió a PAS’.
Evidentemente son muchos más, por ejemplo los que se refieren a crear demasiadas carteras nuevas pese a ese «no tenemos tiempo que perder», pero los mencionados se relacionan con los hechos que yo quiero destacar; tres mujeres dejan paso a tres hombres, reduciéndose así la presencia femenina en el ejecutivo regional. Y el segundo hecho, que no es ni más ni menos que la creación de una consejería nueva y frankensteiniana para contentar de mala gana a quien merecía salir de esta crisis política del Partido Popular a hombros y por la puerta grande, Noelia Arroyo.
Vaya por delante que, pese a que ella sabe que cuenta con mi respeto y reconocimiento por la labor desarrollada ante los medios en la gestión de la crisis política del Partido Popular de la Región de Murcia, no pretendo yo ensalzar su labor en el consejo de gobierno, ni siquiera analizarla. Seguro que cuenta con aciertos y errores, pero no son el tema hoy.
Lo que sí me parece muy llamativo es que durante dos meses haya sido Noelia Arroyo el rostro de la respuesta del Partido Popular a cada uno de los acontecimientos registrados en torno a Pedro Antonio Sánchez y su investigación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Murcia a causa del Caso Auditorio. Para eso, es evidente que era la adecuada, y hasta ahí.
Durante días se ha especulado con varias posibilidades en torno al gobierno de la Región de Murcia. No faltó quien llegó a decirme que la veía muy contenta y fuerte a raíz de tomarse un café con ella en el centro de Murcia, y se atrevió a adelantar un posible cargo de vicepresidenta. No me pareció extraño. Si no tanto, al menos la consejería de presidencia podría ser una buena recompensa para quien puso rostro y voz a todos los argumentos del Partido Popular de la Región de Murcia durante uno de los momentos más duros de su historia y ante los medios de comunicación de todo el país.
Pues no, Arroyo no ha merecido ser incluida en esa estrategia que por lo visto ha pretendido incorporar a más ‘hombres fuertes del Partido’ al Gobierno Regional. Lejos de eso, se le crea una consejería que cuesta pronunciar, ubicar y dotar de objetivos claros, porque está hecha con recortes y eso no puede ser bueno para el buen funcionamiento de la Administración.
Sin sede física, sin dotación de personal, con todo por hacer para su arranque, choca frontalmente con la ya desgastada expresión de López Miras que señala que «no tenemos un minuto que perder para ponernos a trabajar». Pues se van a perder muchos, señor presidente, solo para reubicar todas las competencias que ha movido y para asentar las nuevas consejerías y los nuevos cargos creados dentro de ese BatiCARM que usted y el señor Sánchez han parido sin epidural.
Todo esto quedaría en otro episodio de ingratitud política, uno más de los protagonizados por el Partido Popular de la Región de Murcia, si apareciera solo. Pero lamentablemente se encuentra acompañado por otros muchos (esa ‘bomba de racimo llena de titulares’ a que me refería al principio) y entre ellos destaca especialmente que el Partido Popular ha metido la marcha atrás en su apuesta por la mujer al frente de diferentes áreas del ejecutivo regional.
El Partido Popular ha metido la marcha atrás en su apuesta por la mujer al frente de diferentes áreas del ejecutivo regional
Menos de dos años han sido necesarios para borrar uno de los titulares más destacados, entonces sí, de la composición del gobierno de la Comunidad Autónoma por parte de Pedro Antonio Sánchez. Y este retroceso, me temo, no es bueno para nadie. Ni para una sociedad cada vez más firme en sus demandas de igualdad, ni para un partido que no dudó en elaborar listas paritarias para acabar poniendo a una mayoría de hombres al frente de los cargos de poder.
Lejos de avanzar, retrocedemos, no solo porque no se ha informado oportunamente sobre los cambios (mención aparte merece la consejera Encarna Guillén), tampoco se ha informado sobre las razones que justifican que las tres consejeras salientes se hayan visto sustituidas por tres consejeros entrantes, todos hombres.
Lejos de avanzar, retrocedemos, no solo porque no se ha informado sobre las razones que dan lugar a los cambios, tampoco se ha explicado por qué tres consejeras se han visto sustituidas por tres consejeros.
En este punto no faltaron esta semana quienes rebatían mis observaciones señalando que lo importante son los méritos. Estamos de acuerdo en eso y también, espero, en que no faltan mujeres con méritos suficientes para ocupar cualquier puesto. Pero, ¿resulta creíble que solo una coincidencia haya derivado en que sean tres los hombres que sustituyen a tres mujeres? No digo yo que deba ser obligatorio que tres mujeres se vean sustituidas por otras tres féminas, lo que no parece tan absurdo, al menos una mujer y dos hombres, dos mujeres y un hombre…
Pues no, y eso me resulta llamativo cuando no paro de escuchar que las cuotas no son necesarias porque la igualdad es un hecho (reconozco que hablo con muchos soñadores y muchos más ingenuos). Porque los hechos acaban siendo tozudos, y estos nos indican que las listas elaboradas para las elecciones son paritarias porque la Ley obliga. Solo así se puede justificar que, una vez realizados los comicios, sigan siendo mayoría de hombres los que ocupan los puestos de poder.
Una vez que tienen lugar las elecciones a las que los partidos presentan listas paritarias, siguen siendo mayoría los hombres que ocupan puestos de poder.
Toda una sorpresa, esta vez sí y esta vez desagradable, viniendo de un presidente que se caracteriza por su juventud. Y del que, precisamente por su edad, cabría esperar que tuviera el reloj puesto a punto, con exactitud suiza y mirando hacia el futuro que toda una sociedad, la nuestra, espera alcanzar.
Actualización 10/5/2017:
La tendencia se rompe en el segundo escalón, como viene siendo habitual en todos los ámbitos de la sociedad. Para número dos de las consejerías López Miras sí ha encontrado a mujeres con méritos suficientes. De hecho, de nueve secretarios generales, seis son mujeres.
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Mar
Muy buen artículo, se agradece un poco de análisis libre. Enhorabuena!!