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Gracias a la vida, pero también al cáncer

Lo recuerdo perfectamente, miraba a mi niña y me preguntaba si llegaría a verla crecer, convertirse en mujer. Lo que más me importaba era poder compartir su felicidad en los momentos felices y aplacar su pena en los momentos duros que la vida te impone sin pedir permiso. Ese fue mi combustible durante los 23 meses que duró la batalla. 

«Cuanto más bella es la vida, más feroces sus zarpazos… »

El 31 de enero hizo diez años que recibí el diagnóstico de cáncer, de esa experiencia que relataba en mi primer post y que mantuvo mi corazón encogido por el miedo y el dolor durante mucho tiempo, demasiado.

Solo el tiempo es un tesoro

Hace cinco años, tal día como hoy, un diagnóstico de cáncer me enseñó que lo único que tenemos en la vida es tiempo. Este blog, como otras tantas enseñanzas que me ha permitido adquirir esta experiencia, atesora parte de ese valor acumulado durante los últimos años.Son muchas, demasiadas, las ocasiones en que recuerdo que de no haber sido por mi insistencia, si hubiera hecho caso cuando me decían que no me preocupase que no tenía nada, a estas alturas probablemente ya no estaría sentada delante del ordenador escribiendo a golpe de emociones.Ahora me alegro inmensamente cuando miro hacia atrás y compruebo que, no solo he vivido mucho y my intensamente, sino que destilo vida a cada segundo y que, si nada cambia, va a seguir siendo así durante mucho tiempo.Pero lo más importante de todo es comprobar que voy tomando distancia del cáncer, que las revisiones se alejan más la una de la otra en el tiempo, que mi vida y mi atención se centra en otras cuestiones sencillas pero trascendentes a la hora de darle sentido a todo.Yo sigo viva a día de hoy, como todos sin una escritura bajo el brazo que me permita saber por cuánto tiempo aún, pero consciente de que cada minuto es importante y que debo aplicar las enseñanzas de esta vivencia para que haya valido la pena el trance.Por eso y para finalizar, a ti que me estás regalando ahora parte de tu tiempo te quiero pedir una sola cosa, y no te asustes que no es para mi. Mide bien con quien gastas cada segundo, no prives de tu tiempo a quien te quiere y te lo ha demostrado para obsequiar gratuitamente a quien probablemente ni le importes ni te importe. Si tienes que elegir, que ese o esa apenas reciba lo imprescindible.(De mi blog: Yo también tengo cáncer en laverdad.es)

Un huracán y una mariposa

Aún podría meter mi corazón en una nuez al recordarlo. Me llamaron para ayudar a un matrimonio, una familia a la que el diagnóstico del cáncer está golpeando fuerte este verano.

No quise negarme, tampoco habría podido porque la petición vino de alguien que, por encima de todo, me ha dado mucho durante estos últimos años. Pero se trataba de mostrarle a la afectada y a su marido que este trance se supera, y yo me apunto a todo lo que se traduzca en mensaje positivo, en buen rollo. Porque sigo convencida de que todo lo que sirva para ayudar permitirá que este ‘agujero negro’ de mi vida se convierta en una ‘fuente de luz’.

De entrada me sorprendió verla, ya había superado una sesión de quimioterapia, pero lucía tipazo y se mantenía sobre tacones, toda una proeza para mí, dadas las circunstancias.

Por desgracia, esa entereza duró poco. Unos minutos sentados ante unas deliciosas galletas de chocolate y naranja, unas docenas de palabras pronunciadas y todo se vino abajo. Miedo, dolor, pena y vulnerabilidad se posaron en el centro de la mesa, mojándonos a todos los que nos sentamos allí ese día.

Yo hablaba, hablaba sin parar relatando mis recuerdos sobre la experiencia que viví hace ya 3 años, sobre mis conclusiones, sobre los efectos secundarios de la quimioterapia, sobre este blog…

Enfrente, dos pares de ojos me miraban con ansiedad, con la necesidad de constatar que el paso del tiempo también es medicina que cura, que sana el corazón y limpia la pena.

Sus manos estaban juntas, emitiendo verdaderos trasvases de amor, de unión, de complicidad, de determinación, componiendo una escena sobrecogedora. Pero no por la situación que lamentablemente atraviesan, sino por todo lo bueno con que cuentan para enfrentarse a ella.

Porque ellos no pueden percibir ahora la fuerza de sus miradas cómplices, la entereza ante la dificultad que manifiestan con sus palabras, el encantador amor que se escapa del cruce de sus corazones. Y perdón si suena cursi, pero es así de tierno.

Recuerdos, pensamientos entrecortados, miradas de compresión y muchas, muchas palabras, quizá demasiadas. Al final emoción, esperanza, buenos deseos y fuerza, mucha fuerza, la que te da saber que esto pasa y que la vida vuelve tal cual la viviste una vez, pero con mucho más sabor.

Fluye la desilusiónMuda desesperaciónPero todo tiene alivioMenos el decir adiós(Maná, Lluvia al corazón, Drama y luz 2011)

http://youtu.be/p5k8BPMndao

Yo también he tenido cáncer

Este es el apartado que corresponde a uno de los episodios más importantes de mi vida. Desde que en enero de 2008 me fuera diagnosticado un cáncer de mama.

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